Hay un lugar del barrio que se ha ido. El bar de la esquina de Rondeau y Boedo.
Apareció cerrado una tarde sin aviso y nos quedamos azorados, espiando a través de sus vidrios, vasos y tazas medio llenos esperando parroquianos que ya no volverán…como si una huída hubiera puesto fin a ese que fue refugio de muchos,. Un gato nos miraba desde adentro con sus enormes ojos amarillos, faroles de misterio…
Y nosotros sin saber, con esa sensación amarga de la perdida que siempre es inexplicable y, nunca quiere resignarse.
Fue un sitio mágico y, no hacía falta ponerle mirada de poeta. Entre esas paredes presenciamos melancólicos homenajes al más fiel de sus fieles: Julián Centeya; gozamos de la amistad de Carmen y Roberto.
La increíble Carmen que mientras servía el café podía disertar sobre cualquier cuestión, con el fundamento del que se ha dedicado a otear el mundo y ha sabido ver, con una larga suma de lecturas y asimilaciones. Carmen derramando esa cultura sorprendente y su sentido crítico, entre los cafés y las servilletas, como bautismos y epifanías. Nuestra querida Carmen ennobleciendo lo humano...
En el largo tiempo que sus mesas supieron de nuestras redacciones, conocimos personajes fantásticos como Ferrari, ex boxeador en la neblina de la edad, leyendo revistas de antaño, con su historia de aventuras y de triunfos como fantasmas sobre los hombros.
Hemos sabido de esos amigos con los que jamás se cruza una palabra, pero a los que se conoce en sus más pequeñas manías: las “caras de siempre del café”. Una mezcla de taxistas, comerciantes, sacerdotes, profesionales. Como en el”Cafetín” del tango… Porque eso fue en definitiva: la orgullosa muestra de un barrio viejo, hermoso, sencillo hasta en sus glorias.
Un pedazo del alma de Boedo.
Ahora vendrá otro bar, el tiempo que todo lo transforma va a renovar la esquina.
Para nosotros el viejo “Gran Sur” que jamás tuvo otra belleza que la de sus habitantes, seguirá entero en nuestro corazón.
© Ana di Cesare, Gerónimo Rombolá
Versión para Internet del artículo publicado en Febrero de 1994
*Este artículo se encuentra protegido por las leyes de derecho de autor, se prohíbe su reproducción total o parcial sin la autorización escrita de sus autores.
*La bibliografía y documentación que lo sustenta, puede solicitarse al correo del blog: